En la final de la Copa América disputada el pasado 14 de julio en territorio estadounidense, concretamente en el Hard Rock Stadium de Miami, que enfrentaron a Colombia y Argentina, hubo importantes disturbios ante la presencia de miles de aficionados de ambos países que intentaban acceder al estadio sin entrada.
Si emigramos es para avanzar, no para traer con nosotros y nosotras las malas costumbres, hábitos y todo aquello de lo que huímos.
La Conmebol, o Confederación Sudamericana de Fútbol, tuvo que retrasar el inicio del partido ante la masiva presencia de argentinos y colombianos que accedían al estadio por la fuerza, sobrepasando las medidas de seguridad y ocasionando graves incidentes en los que hubo varias personas lesionadas, al punto que finalmente se tuvieron que cerrar las puertas, quedando fuera personas que sí habían comprado sus entradas.
Los aficionados argentinos y colombianos que quisieron acceder, o consiguieron acceder, saltándose las medidas de seguridad, sin entrada, ponen al resto de latinos e hispanos migrantes residentes en EUA en una difícil situación, ya que estas personas no son representativas de nuestra cultura, nuestra integración y nuestra moralidad. Más bien la contrario, son la excepción.
Fotografía de portada de Reuters.
Los actos tienen consecuencias
Pero una excepción concentrada en un momento concreto en un lugar específico. Y nada tiene que ver la natural pasión y amor que siente el latino e hispano por el fútbol. Puedes disfrutar del fútbol y no por eso tener un comportamiento deplorable y delictivo.
Se da la circunstancias que las autoridades de Florida habían dispuesto cámaras de reconocimiento biométrico en el estadio por lo que han sido identificadas más de 7.000 personas que entraron sin boleto, por la fuerza.
Según esta identificación, se avisa que la inmensa mayoría no fueron personas que viajaron a Miami desde cualquiera de los dos países para asistir al partido sino que son residentes legalizados que viven en diversas áreas de USA o, incluso Canadá, país al que será notificado con este reconocimiento.
Teniendo en cuenta que en el proceso de obtención de la green card y la naturalización está el tener buena moralidad y el no tener antecedentes, los colombianos y argentinos que han tenido este comportamiento y han sido identificados se enfrentan a una posible expulsión del país. En resumen, a la deportación.
Esto en el mejor de los casos, porque algunas personas pueden enfrentarse, tras el análisis de las cámaras de seguridad, a cargos criminales que pueden conllevar prisión y multas cuantiosas previas a la retirada de la visa.
El impacto en redes sociales
El impacto en redes sociales no se ha hecho esperar. Cientos de miles de latinos e hispanos repartidos por todo el país, así como muchos que quieren migrar a EEUU, han criticado la conducta de los colombianos y los argentinos aficionados (no a todos, a los que tuvieron el comportamiento deplorable).
Han aplaudido la medida de expulsión o deportación ya que como muchos señalan, no son personas que representen a la comunidad latina e hispana. Es más, la expulsión o deportación afectará también a familiares y acompañantes implicados en los incidentes, por lo que el impacto en algunas familias podrá ser devastador.
Algunos aficionados seguidores del equipo nacional de Colombia, así como del de Argentina, llegaron a subir a redes sociales como TikTok, la «hazaña» alardeando de haber entrado sin pagar boleto, por lo que esas publicaciones han sido también recopiladas desde el mismo día del partido y en los días siguientes, según nos informan desde las autoridades de Miami (nos han pedido no citar las fuentes) y desde la propia Conmebol.
De nada sirve ya borrar el vídeo subido, la foto de Instagram o el post de Facebook porque esos datos están archivados junto a los datos de identificación biométrica.
La Conmebol también será demandada
Además, la Confederación así como la empresa gestora del Hard Rock Stadium también serán demandados (están siendo demandados ya) por aficionados y aficionadas que sí compraron la entrada y que no pudieron acceder al partido tras el cierre de las puertas.
Algunas personas están demandando por lesiones, dado que la seguridad en el estadio fue incapaz, ante la avalancha de 7.000 personas, de gestionar esa afluencia de personas. Pisotones, aplastamientos, cortes y otras pequeñas heridas resultaron en habituales. Si bien, gracias al destino, no hubo daños mayores, aunque el riesgo de aplastamiento estuvo presente.
Si bien no se puede decir que la Conmebol sea culpable del comportamiento incívico y reprochable de los aficionados colombianos y argentinos, sí es cierto que tiene una responsabilidad social subsidiaria frente a la organización del evento, junto al Hard Rock Stadium, por lo que casi con total seguridad, por lo que nos comentan algunos abogados especializados en lesiones consultados, tendrán que hacer frente a algunas indemnizaciones.
¿Es excesiva la deportación?
El debate en redes sociales, más allá del reproche multitudinario desde la comunidad latina e hispana por el comportamiento demostrado, más propio de los países de origen que del que es nuestro hogar actualmente, se está centrando ahora sobre si la deportación es un castigo excesivo o no.
Lo cierto es que si nos acogemos a las normas federales y estatales la deportación por este comportamiento es un hecho al que se tendrán que enfrentar estos hinchas de fútbol malcriados y maleducados. Eso es incontestable.
Pero sí, nos parece excesivo, aunque sería ejemplarizante y un mensaje para el resto de personas de la comunidad latina e hispana que no respetan las normas.
Pero resulta excesivo en relación al daño ocasionado. Si creemos que es absolutamente necesaria y factible la sanción económica. Y, además, una sanción económica dura, máxima y ejemplarizante.
En ciertos casos que ocasionaron situaciones en los que peligró la vida de otras personas incluso es viable la vía penal y un corto periodo de prisión. E incluso en algún caso puntual la deportación (como es el caso de aquellos que alardearon en redes sociales de su delito).
Pero desde abogados(de)USA también creemos que un país debe ser benevolente y dar una segunda oportunidad. Esta situación debe servir de advertencia y sería un error que la comunidad latina e hispana lo percibiera como un castigo general a la comunidad.
Entre esas 7.000 personas hay algunas que entraron sin checar su boleto de entrada porque fueron empujados por la multitud. Tienen entrada, pero técnicamente entraron por la fuerza, no porque quisieran, sino porque fueron arrastrados.
Otras personas simplemente se vieron en mitad de una multitud que avanzaba y cuando se dieron cuenta estaban dentro, y ante la euforia de ver a su equipo no pensaron en nada más, mucho menos en las consecuencias.
¿Deben ser deportados o deportadas? No.
¿Deben ser castigados o castigadas vía sanción administrativa o multa? Sí.
Definitivamente, sí.
Porque los actos tienen consecuencias.
Y debemos y tenemos que hacernos cargo de las consecuencias de lo que hacemos a los demás y en la comunidad en la que vivimos.
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