Aunque Thanos es un personaje malvado hay que reconocer que genera cierta simpatías entre la población general y el fandom del MCU en particular ya que en su fuero interno no pretende el mal sino a través del mal buscar un bien a la larga. Esta simplificación extrema de la vida y la realidad atrae a quienes buscan una solución fácil, pero inexistente y falsa, a sus problemas diarios.
Donald Trump quiere solucionar los problemas de EUA con un chasquido de dedos eliminando a los migrantes latinos e hispanos a quienes achaca falsamente de casi todos los males que sufre el país. Pero la historia escrita para Thanos acaba demostrando que se equivocaba. Y no solo eso, que la supuesta solución solo agravaba la mayoría de los problemas existentes. E incluso su arrepentimiento.
Thanos no es un antihéroe como lo es Batman, tal y como algunos lo quieren dibujar y presentar. Es un villano. Al igual que Trump.
Irupé López, migrante argentina.
La posibilidad de que Donald Trump regrese a la presidencia en 2024 ha generado una mezcla de expectativas y temores, especialmente en la comunidad migrante latina e hispana de Estados Unidos. Durante su primer mandato, Trump implementó políticas migratorias estrictas que afectaron a millones de personas, desde la construcción de un muro fronterizo hasta la implementación de restricciones severas en los procesos de asilo.
Con su posible regreso al poder, surgen muchas preguntas sobre el futuro de las leyes de inmigración en el país. Este artículo explora las posibles implicaciones de un segundo mandato de Trump, considerando su historial y las promesas que ha hecho en los últimos años.
Historial de Trump en materia de inmigración
Donald Trump se destacó durante su presidencia por su enfoque duro en la inmigración. Algunas de las políticas más controvertidas incluyeron la separación de familias en la frontera, la cancelación del programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) y la prohibición de entrada a personas de varios países mayoritariamente musulmanes.
Estas medidas no solo provocaron un debate intenso en la esfera política, sino que también causaron un sufrimiento considerable entre las comunidades migrantes.
Trump justificó muchas de sus acciones en la necesidad de «proteger la seguridad nacional» y «preservar el empleo para los estadounidenses». Sin embargo, estas políticas también fueron vistas como una forma de demonizar a los migrantes, particularmente a los latinos e hispanos, que representan una porción significativa de los trabajadores esenciales en Estados Unidos.
Posibles cambios en las Leyes de Inmigración
Si Trump regresa a la presidencia, es probable que vuelva a impulsar políticas restrictivas que podrían tener un impacto significativo en los migrantes latinos.
Algunas de las posibles acciones incluyen:
Reanudación de la construcción del Muro Fronterizo:
Trump ha dejado claro en varias ocasiones que considera la construcción del muro una prioridad.
Es probable que intente reanudar y expandir su construcción si regresa al poder, lo que podría restringir aún más el flujo de migrantes en la frontera sur.
Revocación de protecciones para los Dreamers:
Trump intentó en varias ocasiones desmantelar DACA, un programa que protege a los migrantes jóvenes que llegaron a EE.UU. siendo niños.
Aunque la Corte Suprema bloqueó sus esfuerzos, un segundo mandato podría significar el fin de estas protecciones, poniendo en riesgo a miles de jóvenes migrantes que han crecido y contribuido a la economía estadounidense.
Endurecimiento de las Políticas de Asilo:
Durante su primer mandato Trump implementó políticas que dificultaron el acceso al asilo para muchos migrantes, particularmente aquellos que huyen de la violencia en América Latina.
Es probable que bajo su liderazgo, estas políticas se endurezcan aún más, reduciendo las posibilidades de obtener refugio en EEUU.
Impacto en la comunidad migrante latina en la economía
Las políticas migratorias de Trump no solo afectarían a los migrantes directamente, sino también a la economía y la sociedad estadounidenses en general. Los migrantes latinos e hispanos han demostrado ser un pilar fundamental en la economía del país.
Representan una parte significativa de la fuerza laboral en sectores clave como la agricultura, la construcción, y el servicio doméstico. Según el Pew Research Center, los latinos constituyen aproximadamente el 17% de la fuerza laboral en EEUU, y su contribución económica es innegable, además de creciente.
Además, estudios han demostrado que los migrantes, tanto documentados como indocumentados, contribuyen más al sistema fiscal estadounidense de lo que reciben en beneficios. Un informe del Institute on Taxation and Economic Policy estimó que los migrantes indocumentados pagaron alrededor de $11.7 mil millones en impuestos estatales y locales en 2017. Que para hacernos a una idea eso supone aproximadamente el 1,4% del presupuesto nacional en defensa del año 2023.
Un enfoque más restrictivo hacia la inmigración podría tener consecuencias adversas para la economía estadounidense. La falta de trabajadores migrantes podría llevar a una escasez de mano de obra en sectores críticos, lo que a su vez podría elevar los costos de producción y afectar la competitividad de EEUU en el mercado global. Los tomates de Florida, los servicios en California o la construcción en Nueva York podría verse seriamente afectados, por citar solo algunos ejemplos.
El papel de la sociedad y la integración
Es importante reconocer que la integración de los migrantes no es solo un tema económico, sino también social. La comunidad migrante, en particular los latinos, ha contribuido a la diversidad cultural y al enriquecimiento de la sociedad estadounidense, por no añadir que algunos estados, como Texas, California o Florida, tienen un fuerte arraigo latino histórico o, incluso, sus raíces más profundas.
Políticas que promuevan la inclusión y el respeto por los derechos humanos no solo benefician a los migrantes, sino que también fortalecen la cohesión social en un país cada vez más diverso. Lo que no solo es algo inevitable, sino también es deseable, ya que EUA se ha construido sobre las cimientes del mestizaje.
Como anécdota destacar que el propio Trump es hijo y nieto de migrantes europeos. Su madre era una escocesa nacida en la isla de Lewis, en el norte de las Hébridas Exteriores y sus abuelos paternos eran alemanes. Su abuelo, Frederick Trump (de nacimiento Friedrich Drumpf) llegó de Alemania a Estados Unidos en 1885 y adquirió la nacionalidad en 1892. Éstas y no otras son las raíces de cualquier estadounidense, la de padres, abuelos o bisabuelos migrantes.
Sin embargo, el enfoque de Trump en la inmigración ha exacerbado las divisiones sociales y ha alimentado la xenofobia. Un segundo mandato podría intensificar estas tensiones, dificultando aún más la integración de los migrantes y afectando negativamente la percepción pública hacia esta comunidad.
El posible regreso de Donald Trump a la presidencia en 2024 plantea serias preocupaciones para la comunidad migrante en Estados Unidos. Sus políticas previas y su retórica antiinmigrante sugieren que un segundo mandato podría traer consigo un endurecimiento aún mayor de las leyes de inmigración, lo que afectaría no solo a los migrantes latinos e hispanos, sino también a la economía y la sociedad en general.
Es crucial que tanto la comunidad migrante como sus aliados se mantengan informados y organizados para enfrentar los desafíos que puedan surgir. La historia ha demostrado que la lucha por los derechos de los migrantes es larga y complicada, pero también que la resistencia y la solidaridad pueden marcar la diferencia.
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