No se puede establecer un precio estándar para los servicios que pueda prestar un abogado en los Estados Unidos (ni en cualquier otro país del mundo con una economía de libre mercado).
Las tarifas no solo varían en función de la calidad del abogado o de la complejidad del caso, pueden variar de un estado a otro o incluso de una ciudad a otra, dependiendo de los precios medios que se facturen en cada lugar.
La reputación de un abogado o del despacho donde desempeña su labor es un elemento que también marca la diferencia en cuestión de precios. ¡Y lo marca mucho!
Así, saber cuánto cuesta un abogado en los Estados Unidos puede ser una pregunta bastante compleja de responder, pero lo intentaremos.
¿Cómo funciona el mercado de los abogados?
Si hay más diversidad en cuanto a lo que un despacho o abogado hace con respecto a la primera consulta.
Por ejemplo, los despachos grandes que se lo pueden permitir aceptan una primera consulta gratis. En esa consulta te orientarán de dos maneras:
- En muchos casos te asegurarán sobre la resolución favorable de tu caso, si les contratas.
- En algunos casos te asegurarán la menor pena posible en tu caso, si les contratas.
El uso de una consulta gratuita en un despacho grande tiene la función de captar clientes y tiene, por lo general, una estructura comercial.
El abogado o la abogada que te entrevista sondeará la situación de tu caso para evaluar las posibilidades de éxito y, al mismo tiempo, intentará evaluar tu presupuesto y disponibilidad económica.
Como las grandes cadenas de clínicas dentales, por ejemplo, su principal objetivo es comercial, es decir, vender sus servicios.
Los pequeños despachos y abogados freelances
Los pequeños despachos o abogados freelances, sin embargo, sí suelen cobrar por esa primera consulta, entre los $100 y los $300, aunque esto puede variar según el profesional.
En este caso se intenta filtrar a personas que buscan contratar al abogado en cuestión o que tienen una necesidad concreta de los clientes que solo pasan por allí para resolver sus dudas.
Resolver dudas conlleva tiempo. Y sobre todo los despachos pequeños es algo que no suelen tener mucho. Si te dedican 30 o 60 minutos, el tiempo mínimo que dura una primera consulta, es tiempo que no pueden dedicar a hacer avanzar los casos que tienen entre manos.
Para mitigar el impacto de cobrar esta primera consulta a veces te permiten hacer una consulta corta de 10 ó 15 minutos por teléfono o en una sala de recepción o en mostrador, a la entrada del bufete, pero nunca sentados en la oficina del abogado.
Es importante que entiendas cómo funcionan, porque además de la vocación y la pasión, un abogado o abogada se mueve por el dinero que reciben por sus servicios.
Los abogados de oficio o defensores públicos
Incluso un abogado de oficio, o defensor público, también cobra, solo que no lo hace contra tu bolsillo. Es el estado quien asume la responsabilidad total del pago de sus servicios. En algunos casos esta responsabilidad puede estar compartida con los condados o con los municipios, quien asumen una parte de ese gasto. Pero cobran. (Al respecto, como en todo, hay matices y casos particulares en los que un defensor público podría solicitarte honorarios adicionales según la situación y recursos económicos disponibles del cliente.)
La defensa de tus derechos, en la justicia, sea financiada por la administración pública a través de impuestos o sea pagada por el cliente, tiene un coste. Las personas que trabajan para ti también tienen una vida que necesitan sustentar.
Insistimos, entender esto te ayudará a negociar y entender por lo que pagas, así como valorar si es mucho o es un precio competitivo.
¿Cuánto cuesta un abogado?
El costo de un abogado en los Estados Unidos varía mucho dependiendo de los factores implicados en la factura. Y esos factores varían en función de los servicios y trabajo que deba realizar con tu caso.
Si recurres a un despacho o bufete a que te presten servicios, los precios que podrías estar pagando rondarían entre los $2.000 y los $40.000 aunque, insistimos, hay muchos factores que intervienen en este cálculo.
Vamos a analizarlos uno a uno.
El tipo de caso
- Los casos de inmigración podrían costar entre $3.000 y $7.000, dependiendo de la complejidad del caso y según diversas fuentes consultadas. Son los casos más sangrantes ya que el tipo de cliente, normalmente, no tiene los recursos necesarios para afrontarlos.
- Los casos de divorcio pueden costar entre $5.000 y $25.000. Generalmente estamos ante familias asentadas y con trabajo que sí pueden asumir estos costes. La variabilidad en la tarifa del abogado estará en función de los recursos económicos de los clientes representados.
- Los casos de lesiones personales generalmente se cobran en base a un porcentaje de la recuperación del cliente, que suele ser entre el 30% y el 40%. Es habitual, en el sector, no cobrar por el caso ningún importe a excepción del citado porcentaje. Incluso algunos despachos con altas tasas de éxito aseguran que no cobrarán si pierden el caso. Esto debe ser algo que tiene que estar especificado de manera clara y precisa en el contrato que fies.
- Las revisiones de contratos o documentación legal como herencias, patrimonios, etc., suelen cobrarse por hora, con tarifas que oscilan entre $100 y $500 por hora.
La ubicación
Los abogados en las grandes ciudades suelen cobrar más que los abogados en las zonas rurales. En parte por el coste de vida en el área urbana, que es más alto que en la zona rural, lo que en consecuencia hace subir los gastos del abogado al desarrollar tu caso.
Pero por otro lado la disponibilidad de clientes, aunque la competencia sea mayor, también es mucho mayor. Hay muchos más casos de lesiones, por ejemplo, o de divorcios, en una gran ciudad con varios millones de habitantes, que en un pequeño municipio del interior del país con una población que no supera los 200,000 habitantes.
La lejanía del caso también puede influir. Aunque es una situación extraña, puede ocurrir que un cliente recurra a un abogado de otra ciudad u otro estado porque tiene una larga experiencia en el tipo de casos. Por ejemplo, es algo habitual en abogados especializados en intoxicaciones alimentarias o en casos medioambientales.
Aquí el abogado tendrá que tener en cuenta los gastos por traslados en tu representación, lo que hará que irremediablemente pagues una tarifa mucho mayor.
La experiencia del abogado
Los abogados con más experiencia suelen cobrar más que los abogados menos experimentados. Es algo obvio.
La reputación conlleva la posibilidad de aumentar las tarifas que se cobran porque el despacho o abogado en cuestión tendrá más clientes tocando a sus puertas.
Este es el motivo por el que los grandes casos, los que tienen repercusión mediática, se usan luego como gancho publicitario por parte del bufete que ha representado al cliente ganador.
Mientras que el bufete que ha representado al cliente perdedor intenta minimizar el impacto en los medios y, de hecho, buscan pasar desapercibidos.
Es posible que conozcas al abogado ganador de un caso de divorcio en una pareja famosa pero que no tengas ni idea del abogado que representaba a la parte perdedora en el juicio.
La complejidad del caso
Los casos complejos suelen requerir más tiempo y recursos del abogado, lo que significa que pueden costar más.
Es obvio que no es lo mismo un caso de inmigración que uno de lesión grave ni es lo mismo un caso corporativo que uno de custodia.
Pero, dentro de cada tipología de casos, que coinciden con los tipos de abogados que se especializan en los mismos, existe un amplio rango de circunstancias que haga que la factura que te vayan a cobrar pueda ser muy diferente a la que cobraron a tu amigo o amiga.
No es lo mismo un divorcio acordado con custodia compartida donde se mantiene una relación amistosa entre las partes y cada una tiene un nivel de ingresos similar, a un divorcio de una persona con empresas y propiedades que se separa de otra sin recursos y que era económicamente dependiente, donde además la relación es de puro enfrentamiento e, incluso, se usan a los niños y niñas fruto de esa pareja como arma a través de la negociación de la custodia.
Estas diferencias en la complejidad de un caso es lo que hace que un caso pueda dispararse en costes y de lo que se contrató inicialmente a lo que puedas terminar pagando haya una diferencia del doble o el triple.
Para evitar esto debes asegurarte bien de qué tipo de cláusulas firmas en el contrato que siempre debes tener con tu abogado o abogada.
Los honorarios del abogado
Los abogados pueden cobrar por hora, a tanto alzado o en base a un porcentaje de la recuperación del cliente.
Lo normal es que en casos donde no hay una indemnización buscada, como un divorcio, se firme un acuerdo o contrato con tu abogado por un importe determinado donde se especifican los importes extras que se podrían producir en función de las situaciones extraordinarias que aparezcan durante el juicio.
Sin embargo, en juicios donde lo que se busca es una compensación o indemnización cuantiosa por daños, un abogado o su despacho, podrían pedir hasta un 30% o incluso un 40% de esa compensación. Esto es el motivo de que las reclamaciones económicas suelan ser importes a priori y aparentemente desmedidos para el daño causado.
Moralmente un despacho de abogados debería de pedir entre un 10% y un 20% de la compensación o indemnización, con eso debería de solventar los costes de sus servicios de manera holgada y producir un buen margen de beneficio.
Pero, la situación no siempre es así. En cualquier caso asegúrate que los porcentajes, el cómo se pagarán, el cuándo y otras cláusulas relacionadas con este aspecto, estén perfectamente detalladas en el contrato, con un lenguaje claro y preciso, sin ambages ni rodeos.
¿Cómo negociar el precio con un abogado?
Es importante consultar con varios abogados para obtener presupuestos y comparar precios antes de contratar a uno. También debe asegurarse de comprender los términos del acuerdo de honorarios del abogado antes de firmarlo.
No en conveniente comparar presupuestos delante de un abogado. Es decir, que le enseñas la propuesta de otro. Esto puede provocar varias situaciones incómodas.
- Una, que un abogado te baje el precio, para asegurar el cliente, pero que también baje la calidad de su servicio y atención prestada.
- Dos, que ambos abogados se conozcan y pacten un precio al alza no dejándote margen de negociación.
- Tres, que ambos abogados se conozcan y se nieguen a prestarte el servicio, alargando la búsqueda y contratación.
Por otro lado, para asegurarte de que realmente estás comparando presupuestos equiparables, debes hacer las mismas preguntas, las mismas observaciones y aportar las mismas pruebas y documentación en todos los despachos donde consultes y pidas presupuesto.
No dejes documentación original nunca en ningún despacho hasta que hayas firmado un acuerdo con un abogado y firmado un contrato, ya que el despacho podría usarlo para motivarte, con estratagemas de dudosa moralidad, a que firmes con ellos. Como mucho deja copias en papel o digitales en un pendrive.
Para asegurarte que a cada abogado le presentas el caso de la misma manera, le cuentas los mismos antecedentes, le muestras las mismas pruebas o documentación y le haces las mismas preguntas puede ser muy conveniente hacer un guión (sí, como en las películas) sobre lo que vas a decir y las respuestas que esperas.
También es muy conveniente que lleves una libreta y un bolígrafo y tomes notas mientras sigues tu guión de preguntas y exposición, para luego comparar las respuestas de cada abogado.
Y nunca extiendas más allá de 30 ó 45 minutos esa primera consulta gratuita.
Aquí hay algunas preguntas adicionales que puede hacerle a un abogado para comprender mejor sus tarifas:
- ¿Cuánto cobra por hora?
- ¿Ofrece consultas gratuitas?
- ¿Cobra un honorario fijo por este tipo de caso?
- ¿Qué gastos adicionales puedo esperar?
- ¿Ofrece planes de pago?
Al hacer estas preguntas, puede obtener una mejor idea del costo total de contratar a un abogado y asegurarse de obtener el mejor valor por su dinero.